Retribuir un traje de piel al Señor Tezacatlipoca Rojo, quien a través de su sacrificio personal permitió la engendración de la vida en la tierra.
Uno de los momentos sublimes, la muerte (el otro es el nacimiento), es el catalizador de la consciencia absoluta y recíproca con el origen y la omniconsciencia.
Por supuesto, ¿quién quiere llegar a ese instante de iluminación teniendo en cuenta ese precio?. El apego a la vida no es sólo un mero capricho egoísta, eso nos mantiene íntegros en este universo de experiencias. Aun así la necesidad de agradecer, aunque sea obligando al prójimo da por resultado el sacrificio.
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